Toponimia

De Garabandal
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Toponimia y etimología. Historia. Apariciones.

Toponimia: Hay quien supone que el nombre Garabandal es compuesto del vasco gara (cima) y vandal por el río Vendul, que pasa por la localidad, y que a su vez el nombre de este río tendría que ver con los vándalos, que habrían habitado la zona. El geólogo Antonio Yagüe monta a partir de esto una teoría sobre una supuesta simbología profética.

El Diccionario etimológico de la toponimia mayor de Cantabria (1999) desmontó (estas) falsas teorías sobre Garabandal, al decir de José Luis Ramírez Sádaba y Alberto González Rodríguez en el II Encuentro de Historia de Cantabria (volumen 1, p. 862).

Abelardo Herrero Alonso, hablando de la toponimia premusulmana de Alicante (p. 20), acepta la teoría expresada por Ramón Menéndez Pidal en su Toponimia Prerromana (p. 91-93), según la cual Garabandal es una variante de Carabanchel, cuyo origen sería la palabra carau, con el significado de piedra. La propia palabra Cantabria procedería de CANT- piedra. En cuanto al río Vendul, puede derivar de médula -con el significado de acequia-, mediante alternancia m-b, compensación de la nasal y pérdida de finales. Según el Diccionario de Corominas, en León alternan bedul y medul, "boca de riego". Por doquier se hayan fuentes con el nombre Bedul. O, simplemente, derivar del celta bedu (abedul), habida cuenta de que Cantabria se diferenciaba de Vasconia y Aragón, iberizados, por estar fuertemente indoeuropeizada, al decir de José Luis Ramírez Sádaba (p. 574 de Pueblos, lengua y escrituras en la Hispania Prerromana). En la misma línea que traduce la raíz garau como piedra, escribe Abelardo Herrero Alonso (p. 234-237 de "Toponimia prerromana de Burgos", en Boletín de la Institución Fernán González, n.° 189, torno 22, 56, 1977, p. 229-267). Lo mismo dice, en relación con Caravaca (Murcia), Alvaro Galmés de Fuentes en Los topónimos: sus blasones y trofeos (la toponimia mítica), Real Academia de la Historia, 2000, 211 páginas (publicado anteriormente en sendos artículos del Boletin de la Real Academia de la Historia. tomos CXCVI, Cuaderno III, p. 421-498 y CXCVII, Cuaderno I, p. 7-116, año 2000), quien precisa que al prefijo indoeuropeo kar, piedra, se une el sufijo av(o), presente en los idiomas ilirio, íbero-ligur, sánscrito, griego y latín.

Hay que tener en cuenta que con la piedra-kar se relacionan también palabras que designan la leña o madera dura de árboles como el roble (carbayo es roble albar en asturiano), como señala Ángel Llamazares Sanjuan en las p. 110-111 de "Los nombres del roble en la toponimia mayor de León" (Tierras de León: Revista de la Diputación Provincial, ISSN 0495-5773, Vol. 31, Nº 81-82, 1990-1991, págs. 105-122). Esto permitiría relacionar Garabandal con otras localidades cuyo nombre significa robledal; añadiendo el sufijo -alio (karbalio) que aparece en plantas prerromanas como el catalán margall (leguminosa). En León a la forma karbalio se le añade un sufijo abundancial -osa o -ale empleado para formar colectivos de plantas: carbajal (robledal), carbajosa (tierra abundante en robles).

Como recuerda Joaquín Caridad Arias al hablar sobre Carabanchel (p. 108 y 109), de esta relación con la madera se derivan palabras similares que han dado lugar a formas como caravana o carpintero.

Pascual Riesco Chueca incluye Garabandal entre los topónimos relacionados con la voz cádavo (p. 179), que designa la leña quemada, y que siguiendo a Hubschmid, considera derivado de "un término posiblemente preindoeuropeo *kataba o *katava, desarrollo de una raíz *kat- que tiene numerosos derivados fitonímicos" (p. 183, Anuario 2011, pp. 135-216). Riesco establece una distinción entre palabras que proceden de la raíz carba, que designa al roble, y las procedentes de raíces como cádab- y gárab-, relativas a la leña.