¿Qué
dijo Escrivá sobre Hitler después de la muerte del dictador?
En la posguerra mundial
por
lo que hace a "testimonios" publicados
hay dos que distan entre 20 y 25 años de la muerte de Hitler:
el de Felzmann y el de una judía argentina, Ana Schuster.
Felzmann dice haber hablado con Escrivá sobre este asunto en
Roma, donde ambos coincidieron a fines de los años 60 (probablemente
entre 1966 y 1969, aunque él no lo precisa). Un escritor alemán,
Peter Hertel, afirmaba en vísperas de la canonización
de Escrivá que, según le dijo Felzmann en 1984, el fundador
del Opus Dei naturalmente no aprobaba el exterminio de los judíos,
pero que le dijo que "Hitler no pudo ser tan malo: a fin de cuentas,
con su intervención en la guerra civil española contra
los comunistas había salvado a España para el cristianismo"
(traduzco del alemán tal como se publicó en Die Tageszeitung
el 5.10.2002). En un libro publicado en 1999, el canadiense Robert Hutchison
escribe que, en 1991, Felzmann aseguraba recordar que Escrivá
le dijo una vez que Hitler había sido "maltratado"
por la opinión pública mundial, porque "no pudo haber
matado a seis millones de judíos; como máximo pudieron
ser cuatro millones".
Citaré
un último "testimonio", que no se refiere estrictamente
a Hitler sino a los judíos, punto que como se ha visto parece
pasar, tras lo dicho por Felzmann, a primer plano. Se trata de una carta
de Ana Schuster publicada el 14 de enero de 1992 por el diario La Nación
de Buenos Aires:
"Con referencia a la relación de monseñor Escrivá
de Balaguer con los judíos, mencionada en una nota aparecida
en La Nación el 9 de enero, querría aportar mi testimonio
personal.
En 1970 viajé a Israel para visitar y pasar una temporada con
mi familia. Mi madre y una hermana vivían en Tel Aviv. En Jerusalén
tenía a mi hija, su marido y dos nietas, una hermana y varias
sobrinas.
Me detuve unos días en Roma para asistir a una audiencia con
monseñor Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, pues
deseaba editar su libro Camino en hebreo; estaba trabajando sobre una
traducción anterior, con bastantes imperfecciones, para poder
editarlo.
No bien nos sentamos, me preguntó con sumo interés por
mi familia, si se encontraban todos bien y contentos. Luego me dijo:
'Yo quiero mucho a los judíos; mis tres grandes amores son judíos:
Jesús, María y José. Tengo varios amigos judíos,
que practican su religión, a quienes quiero muchísimo
y lo mismo ellos sienten eso por mí; sé que no se convertirán'.
Elogió mucho las virtudes de mi pueblo y me repitió varias
veces que debía querer mucho a los míos. Al final, me
dijo que bendeciría la obra que estaba realizando."
¿Puede un
único "testigo" desacreditar a muchos que dicen lo
contrario?
El "testimonio"
de Felzmann contrasta respecto al resto: es el único que se ha
citado para invocar una presunta simpatía de Escrivá respecto
a Hitler. Hitler fue un personaje histórico, responsable del
estallido de la segunda guerra mundial y por tanto responsable o corresponsable
de la muerte de unos cincuenta millones de seres humanos. Decir de alguien
que manifiesta simpatía por Hitler equivale (al menos aparentemente)
a acusarle de congeniar con un criminal. Y si no caben matices, un testimonio
cierto en un sentido implicará que los que vayan en otro sentido
(o pretendan matizar) son falsos, o algo aún peor: que la persona
de cuya opinión dan fe engañaba a unos y decía
la verdad a otros, o que pensaba algo absurdo, ya que pretendía
matizar algo inmatizable.
Me
parece claro que, cuando se cita a Felzmann sin citar a las personas
que testimonian acerca de condenas al régimen hitleriano por
parte de Escrivá (en vida del dictador y después), no
hay el mínimo intento de presentar una visión global de
la cuestión, es decir: se trata de puras acusaciones de filonazismo.
Por tanto, habida cuenta de que se trata además de un "testimonio"
único por solitario, y de la gravedad de la acusación,
me parece que hay que prestar más atención a la credibilidad
en concreto de Felzmann como testigo.