Inglaterra

Beatificaciones y Canonizaciones


En 1874 había comenzado un proceso que incluía 353 personas, a las que posteriormente se añadieron en Roma otras seis, totalizando 359. 285 han sido beatificadas, y de estas 44 posteriormente canonizadas.


Beatificación de 1886

En 1886 fueron beatificados 54 de los 63 mártires cuyas reliquias ya podían ser honradas desde que lo autorizó Gregorio XIII (1572-1585). Dos de ellos fueron canonizados en 1935 y 11 en 1970. Descontando estos 13, aquí están los nombres de los 41 beatos de 1886.

Mártires de Inglaterra: La persecución a los católicos a partir de Enrique VIII

La ruptura de Enrique VIII de Inglaterra con el Papa pareció convertir a un hombre razonable en un tirano capaz de matar, entre otros, a su ex canciller Tomás Moro. Para algunos, por lo demás, Enrique VIII fue un monarca casi católico. En cambio, el historiador Santiago Mata muestra en este libro cómo la Reforma inglesa no solo se alejó rápidamente del catolicismo, sino que abocaba a la desaparición de la Iglesia.
La supremacía del rey sobre la Iglesia tenía ya fuerza de ley desde el Estatuto de Praemunire de 1393, y por tanto no fue la auténtica novedad impuesta en 1534 por Enrique VIII. ¿Fue solo la necesidad de garantizarse una sucesión masculina lo que hizo cambiar de bando a Enrique VIII?
La respuesta nunca podrá eliminar el misterio, pero, según revela Santiago Mata, el convencimiento al que llegó Enrique VIII, sin que lo justificara una situación de abusos cometidos por la Iglesia en Inglaterra, fue que la Iglesia debía ser destruida, y por eso era necesario que el poder político fuera único y omnipotente.
Prueba de ese propósito sería el encargo dado por el rey a teólogos luteranos en 1536 para que diseñaran una religión que suprimía cuatro sacramentos (confirmación, unción de enfermos, sacerdocio y matrimonio), si bien no logró imponerla a causa de la rebelión popular conocida como Peregrinación de Gracia.
La historia de los mártires de Inglaterra y de los países dominados por Inglaterra, se convierte así en una prueba más de que, aunque se pretenda organizar una estructura pseudoeclesial dependiente del Estado, esta termina por desaparecer, mientras la Iglesia perseguida nunca muere: En la actualidad, en Inglaterra 600.000 personas asisten semanalmente a las ceremonias anglicanas, 750.000 a las misas católicas. En Escocia, los asistentes semanales a las ceremonias de la Iglesia presbiteriana (Kirk) no pasan de 80.000, mientras que las misas católicas cuentan con 125.000 asistentes.
Los mártires, sin embargo, no pretendían imponerse ni ser mejores que sus perseguidores. Por eso Pablo VI, al agradecer el 18 de mayo de 1970 a los cardenales que aprobaran la canonización de 40 de ellos, los señalaba como héroes de la dignidad humana sin particularismos:
No dudaron en sacrificar sus vidas en obediencia a la clara voz de la conciencia y a la voluntad de Dios; son un brillante testimonio de la dignidad y la libertad humanas.