Solano

De Garabandal
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Antonio Solano Polanco. Personajes. Apariciones.

Sacerdote que, según Plácido Ruiloba, impidió que Francisco Odriozola subiera a Garabandal el 18 de julio de 1961.

Biografía de la sociedad cántabra de escritores:

Nació en el seno de una familia señorial de abolengos apellidos de conocidas estirpes, que ocuparon destacados cargos en la administración de entonces. Antonio era el menor se una familia de once hermanos, también versados en letras, como Ramón o María Dolores. Antonio estudió en el colegio de Don Modesto Leza, después en el Instituto de Santa Clara y Derecho en la Universidad de Oviedo, ingresando posteriormente en el noviciado jesuita de Carrión de los Condes y después en Burgos, Oña y Comillas; también en Gijón y Vigo.

Se ordena sacerdote en Comillas en 1925, en el seno de la Compañía de Jesús y será destinado a Salamanca, Santiago de Compostela, Vigo, Oviedo y, al ser disuelta la Compañía de Jesús en 1931, pasa a Curía, en la diócesis de Coimbra (Portugal), dónde prosiguieron estudios muchos jóvenes de Santander.

Iniciada la Guerra Civil, se insufla de fervor patriótico y se enrola como capellán en el crucero Canarias. Luego, tras una breve estancia en Orense, se instaló en Santander, atendiendo su carrera apostólica y preparando a los jóvenes para los estudios de Derecho, cuya licenciatura poseía. Llegó a ser en Santander una figura muy célebre y querida por sus salidas ingeniosas e ingenuas extravagancias. Colaboraba con sus artículos en El Diario Montañés, donde mostraba su estilo irónico y combativo a favor de la fe y los valores que consideraba inalterables. También tuvieron fama sus intervenciones en la radio.

Estuvo adscrito a la parroquia de Santa Lucía, en la época en que era párroco de la misma, Don Sixto Córdoba y Oña, época en que publicó un artículo titulado “Los millones de don Sixto” (1941), haciendo alusión a la ayuda discreta que el párroco hacía hacia los muchos necesitados que se le acercaban. En esta época funda el centro de Jóvenes de Acción Católica del Paseo de Pereda y se embarca en los Ejercicios Espirituales, primero en Santander y después en la Casa de Ejercicios de Pedreña; también creó la Escuela Nocturna Obrera Santa Lucía, antecedente de la Escuela Oficial de Aprendices que después creara el futuro cardenal Herrera Oria. Fue vicecanciller del Obispado, profesor de religión en la Escuela Profesional de Comercio y dio clases de derecho particular, de dónde salieron eminentes abogados santanderinos.

Solía retirarse al Monasterio de las Caldas y en 1954 publicó en una edición privada su Romancero dominicano, lo que le dio a conocer como poeta, donde se exaltan las enseñanzas de los dominicos durante sus estancias en el Monasterio de Las Caldas. También recogió sus impresiones en el Crucero Canarias, en la obra El crucero barbián, dónde refleja la vida a bordo en aquellos trágicos momentos de España, con la ágil pluma que le caracterizaba.