Diferencia entre revisiones de «Morales»

De Garabandal
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Tras enviudar, el doctor Morales sacó a pública subasta, celebrada en Santander el 28 de julio de 1983, una casa en Llanes (Asturias) valorada en 650.000 pesetas y finca rústica valorada en 125.000 pesetas. Fue anunciada en el Boletín Oficial de Cantabria, Año 47, Número 81 de 27 de junio de 1983, página 4.
 
Tras enviudar, el doctor Morales sacó a pública subasta, celebrada en Santander el 28 de julio de 1983, una casa en Llanes (Asturias) valorada en 650.000 pesetas y finca rústica valorada en 125.000 pesetas. Fue anunciada en el Boletín Oficial de Cantabria, Año 47, Número 81 de 27 de junio de 1983, página 4.
  
El texto que aparece leyendo [https://www.youtube.com/watch?v=91I6knuf5Ns en este vídeo] no es esa conferencia, ya que hay una persona que le va traduciendo al inglés:
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El texto que aparece leyendo [https://www.youtube.com/watch?v=XdYXlJYR5Zw en este vídeo] no es esa conferencia, ya que hay una persona que le va traduciendo al inglés y es de 1984:
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Acotaciones mariológicas en torno a Garabandal
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Al no ser teólogo, ni persona al servicio de la jerarquía eclesial, comentar un tema como el de Garabandal me exige suma prudencia y humildad.
  
 
El bosquejo histórico es este: en los últimos días de la primavera de 1961, la región de Santander o Cantabria, donde Garabandal está incluida, quedó asombrada al conocer sus habitantes que unas niñas ven y dialogan con la Santísima Virgen, cuando se les aparece la augusta Señora. Se dice que las niñas a las que la Virgen se aparece, insiste que hay que ser buenos y rezar mucho. El entonces señor obispo, ilustrísimo señor Doroteo Fernández, tras un cambio de impresiones con nosotros, que era en aquella época jefe de salud mental de la región, me indujo a visitar el pueblo de San Sebastián de Garabandal, para poder comprobar y verificar el valor de las apariciones.
 
El bosquejo histórico es este: en los últimos días de la primavera de 1961, la región de Santander o Cantabria, donde Garabandal está incluida, quedó asombrada al conocer sus habitantes que unas niñas ven y dialogan con la Santísima Virgen, cuando se les aparece la augusta Señora. Se dice que las niñas a las que la Virgen se aparece, insiste que hay que ser buenos y rezar mucho. El entonces señor obispo, ilustrísimo señor Doroteo Fernández, tras un cambio de impresiones con nosotros, que era en aquella época jefe de salud mental de la región, me indujo a visitar el pueblo de San Sebastián de Garabandal, para poder comprobar y verificar el valor de las apariciones.
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Aunque saliéndome un poquito del tema, todos los grandes místicos, san Juan de la Cruz, san Pablo de la Cruz, santa Teresa de Jesús, Ligorio, todos esos primero vieron a la Virgen antes de estar con Jesús. Al obispo yo le he dicho muchas veces: yo no pude ver los éxtasis ni de santa Teresa, ni de san Juan de la Cruz, ni de san Pablo de la Cruz, pero he tenido la suerte de haber visto en éxtasis a las niñas de Garabandal, y como médico saber diferenciar la éxtasis enferma de la éxtasis de comunicación. Porque hablan ustedes de éxtasis, señor obispo y otros, sin haber visto nunca éxtasis, ni sanos ni enfermos. En los éxtasis de los enfermos, vamos a llamarlos éxtasis por no decir otra cosa, no se acuerdan para nada de lo que pasó y de lo que dijeron y cómo actuaron. En cambio, en nuestros místicos, o en nuestras niñas, igual en la Bernadette que en las de aquí, nuestra resultante de la comunicación, tienen el gozo y por eso comunican después. Cuentan el contenido, luego no se les ha olvidado lo que pasó. Pero lo cuentan sencillamente, como si fuesen nada más la recadista, sin participar ellas para nada.
 
Aunque saliéndome un poquito del tema, todos los grandes místicos, san Juan de la Cruz, san Pablo de la Cruz, santa Teresa de Jesús, Ligorio, todos esos primero vieron a la Virgen antes de estar con Jesús. Al obispo yo le he dicho muchas veces: yo no pude ver los éxtasis ni de santa Teresa, ni de san Juan de la Cruz, ni de san Pablo de la Cruz, pero he tenido la suerte de haber visto en éxtasis a las niñas de Garabandal, y como médico saber diferenciar la éxtasis enferma de la éxtasis de comunicación. Porque hablan ustedes de éxtasis, señor obispo y otros, sin haber visto nunca éxtasis, ni sanos ni enfermos. En los éxtasis de los enfermos, vamos a llamarlos éxtasis por no decir otra cosa, no se acuerdan para nada de lo que pasó y de lo que dijeron y cómo actuaron. En cambio, en nuestros místicos, o en nuestras niñas, igual en la Bernadette que en las de aquí, nuestra resultante de la comunicación, tienen el gozo y por eso comunican después. Cuentan el contenido, luego no se les ha olvidado lo que pasó. Pero lo cuentan sencillamente, como si fuesen nada más la recadista, sin participar ellas para nada.
  
(Cuarta pregunta: el veredicto de la comisión fue unánime.) La comisión es una cosa que han inventado los periodistas. Nunca existió tal comisión. A mí me han dicho que era de la comisión y nunca fui de ella.
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(Cuarta pregunta: el veredicto de la comisión fue unánime.) La comisión es una cosa que han inventado los periodistas. Nunca existió tal comisión. A mí me han dicho que era de la comisión y nunca fui de ella. Han dicho que yo era de la comisión, nunca lo fui. Ni sabía que existía. Un poco fuerte es, pero... Y a mí lo que me asombra es que he visto intelectuales protestantes con el gozo y la esperanza en la Virgen por Garabandal. Yo solamente puedo decir una cosa, que viviré lo que Dios quiera, soy un hombre viejo, tengo 66 años, y que le tengo que dar gracias a la Virgen que me conserva la cabeza para contar las últimas novedades de la ciencia moderna en favor de ella.
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Los obispos han dicho: prudencia. Cuento yo cómo tres grandes teólogos moralistas de fama universal, Rodrigo de Moral, Bravo (Gago) de Teología fundamental y Nieto de ascética y mística, de Comillas y la Pontificia de Roma, creían en Garabandal y por prudencia callaban. Y por eso, esa obediencia le ha dado sabiduría a ellos y al obispo.
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En el amor nos unimos todos como una gran familia biosocial, católica, apostólica, romana, dispuestos a recibir los que no han sido bautizados.

Revisión del 11:50 20 feb 2018

Luis Morales. Personajes. Apariciones.

Luis Morales. En 1961 tenia su propia clínica en Santander, donde el obispo le nombro jefe de la comisión creada para estudiar las apariciones. En ese momento él no creía en el origen sobre natural de éstas, mas tarde, el mismo Dr.Morales, sorprendió al cambiar su opinión original.

El 30 de mayo de 1983, con autorización del obispo de Santander dio una conferencia pública, en el salón de actos más grande de Santander. Durante la misma expuso ante la multitud, las razones por las cuales, estaba convencido de que las apariciones de Garabandal, eran dignas de creer. De la conferencia se hizo eco La Prensa Alcarreña (año III, número 528, 12 de julio de 1983, p. 14).

Resumen de http://www.virgendegarabandal.net/mita46.htm:

Las primeras opiniones del Doctor Morales fueron muy negativas:

-- Los acontecimientos de Garabandal son un conjunto de fenómenos vulgares e histéricos.

Años después, el Doctor Morales, cambió completamente su opinión y se convirtió en un ferviente defensor de las Apariciones. El 3 de septiembre de 1978, durante una visita de unas dos horas, el doctor Morales dijo al P. Francisco A. Benac S.J., misionero jesuita en la India:

-- Ahora veo la realidad existencial de Nuestra Señora en Garabandal. Considero a Garabandal, como a Fátima, un don de la Providencia para la humanidad. Garabandal es, en verdad, un regalo de Cristo para nosotros através de la Madre. Garabandal ha sido una manifestación de la Divina Gracia.

Ver capítulo 28 P. Benac S.J., encuentros con Don Juan Antonio del Val, y capítulo 8, testimonio de Don Valentín Marichalar, el párroco.

El 30 de Mayo de 1983, el Doctor Luis Morales Noriega, señalado por el Obispo Administrador Apostólico D. Doroteo Fernández como médico principal en la Comisión investigadora de las Apariciones, se retractó de su anterior opinión negativa y reconoció la autenticidad de las Apariciones de la Virgen Maria en Garabandal durante una conferencia que dió en el Ateneo de Santander con una gran afluencia de público y con permiso del Obispo de Santander.

Anteriormente el Dr. Morales habia vivido en el Hospital de Valdecilla en Santander unos sucesos que le conmovieron profundamente: la enfermedad de su esposa de un cancer en que, después de muchos dolores, durante el último mes de vida, recuperó la paz interior por medio de un Crucifijo besado por la Santísima Virgen en Garabandal, recibió los Santos Sacramentos y murió con una gran paz.

Este crucifijo de Marichu Herrero, se lo dejó también a D. Antonio Francisco Bonin Cavero que también estaba enfermo de un cancer terminal al mismo tiempo que la esposa del Dr. Morales. Cuando todo ya estaba en un proceso terminal para Antonio, el médico que hacía las últimas pruebas exclamó “lo que está sucediendo a Antonio es un milagro”. En efecto, Antonio fué curado milagrosamente y poco después ya estaba de vuelta en su casa. Ambos sucesos conmovieron profundamente al Dr. Morales, que fué testigo de ellos. Una vez mas se cumplian las palabras de la Virgen:

-- por los besos que he dado, “Mi Hijo, hará prodigios”.

Tras enviudar, el doctor Morales sacó a pública subasta, celebrada en Santander el 28 de julio de 1983, una casa en Llanes (Asturias) valorada en 650.000 pesetas y finca rústica valorada en 125.000 pesetas. Fue anunciada en el Boletín Oficial de Cantabria, Año 47, Número 81 de 27 de junio de 1983, página 4.

El texto que aparece leyendo en este vídeo no es esa conferencia, ya que hay una persona que le va traduciendo al inglés y es de 1984:

Acotaciones mariológicas en torno a Garabandal

Al no ser teólogo, ni persona al servicio de la jerarquía eclesial, comentar un tema como el de Garabandal me exige suma prudencia y humildad.

El bosquejo histórico es este: en los últimos días de la primavera de 1961, la región de Santander o Cantabria, donde Garabandal está incluida, quedó asombrada al conocer sus habitantes que unas niñas ven y dialogan con la Santísima Virgen, cuando se les aparece la augusta Señora. Se dice que las niñas a las que la Virgen se aparece, insiste que hay que ser buenos y rezar mucho. El entonces señor obispo, ilustrísimo señor Doroteo Fernández, tras un cambio de impresiones con nosotros, que era en aquella época jefe de salud mental de la región, me indujo a visitar el pueblo de San Sebastián de Garabandal, para poder comprobar y verificar el valor de las apariciones.

La Mariología, en la que es un quehacer humano, no es una excepción. Adelantamos que la Providencia ha permitido los sucesos de Garabandal para recordar al mundo, del trabajo que fuere, que sin ayuda de Dios, a través de la Virgen María, esta vez en Garabandal como otras en Lourdes o en Fátima, no es posible ni la paz, ni el sosiego, ni el progreso cívico. En Garabandal, el mensaje de octubre del 61 era el mismo, uniforme en las cuatro niñas, lo que descarta que pudiesen ser delirios o delusiones.

La Virgen siempre es la misma, y su función de Madre y abogada de todos los hombres que existen, el mismo, en cualquier raza, religión o momento histórico.

Quedamos extraños en el sentido de preguntarme sobre cómo era lo ocurrido en apariciones y mensajes. Unos eran católicos, otros protestantes, algunos islámicos y judíos. Profesionalmente diversos: Médicos, periodistas, obreros. Las razas también diversas. Y les interesaba el obispo católico. Para mí es impresionante e inexplicable cómo personas ajenas al obispo, ateos y de otras religiones, acatan y tienen toda su esperanza en la Virgen a través del obispo.

Es la primera vez que la Santísima Virgen en la Edad Moderna, a sus hijos advierte los peligros de la humanidad cuando no se cuenta con su Hijo.

(Gesticula) No dudando que en cada uno de ustedes hay el portador del mensaje de Garabandal ¡vivo, extenso, amoroso, para la salvación del mundo entero!

Aunque saliéndome un poquito del tema, todos los grandes místicos, san Juan de la Cruz, san Pablo de la Cruz, santa Teresa de Jesús, Ligorio, todos esos primero vieron a la Virgen antes de estar con Jesús. Al obispo yo le he dicho muchas veces: yo no pude ver los éxtasis ni de santa Teresa, ni de san Juan de la Cruz, ni de san Pablo de la Cruz, pero he tenido la suerte de haber visto en éxtasis a las niñas de Garabandal, y como médico saber diferenciar la éxtasis enferma de la éxtasis de comunicación. Porque hablan ustedes de éxtasis, señor obispo y otros, sin haber visto nunca éxtasis, ni sanos ni enfermos. En los éxtasis de los enfermos, vamos a llamarlos éxtasis por no decir otra cosa, no se acuerdan para nada de lo que pasó y de lo que dijeron y cómo actuaron. En cambio, en nuestros místicos, o en nuestras niñas, igual en la Bernadette que en las de aquí, nuestra resultante de la comunicación, tienen el gozo y por eso comunican después. Cuentan el contenido, luego no se les ha olvidado lo que pasó. Pero lo cuentan sencillamente, como si fuesen nada más la recadista, sin participar ellas para nada.

(Cuarta pregunta: el veredicto de la comisión fue unánime.) La comisión es una cosa que han inventado los periodistas. Nunca existió tal comisión. A mí me han dicho que era de la comisión y nunca fui de ella. Han dicho que yo era de la comisión, nunca lo fui. Ni sabía que existía. Un poco fuerte es, pero... Y a mí lo que me asombra es que he visto intelectuales protestantes con el gozo y la esperanza en la Virgen por Garabandal. Yo solamente puedo decir una cosa, que viviré lo que Dios quiera, soy un hombre viejo, tengo 66 años, y que le tengo que dar gracias a la Virgen que me conserva la cabeza para contar las últimas novedades de la ciencia moderna en favor de ella.

Los obispos han dicho: prudencia. Cuento yo cómo tres grandes teólogos moralistas de fama universal, Rodrigo de Moral, Bravo (Gago) de Teología fundamental y Nieto de ascética y mística, de Comillas y la Pontificia de Roma, creían en Garabandal y por prudencia callaban. Y por eso, esa obediencia le ha dado sabiduría a ellos y al obispo.

En el amor nos unimos todos como una gran familia biosocial, católica, apostólica, romana, dispuestos a recibir los que no han sido bautizados.