Laurentin

De Garabandal
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René Laurentin, en Apariciones actuales, sobre Garabandal. Bibliografía.

Apariciones actuales de la Virgen María. Rialp, Madrid, 1991 (2ª edición, la primera es de 1989). Original francés de 1988.

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GARABANDAL (España): Apariciones a Conchita González y a otras tres videntes (19601965). Cuatro notas oficiales fueron publicadas por los obispos sucesivos de Santander: Doroteo Fernández, Eugenio Beitia Aldazábal y Vicente Puchol Montis. «No se aprecia el carácter sobrenatural», decía el segundo. «Todos los hechos ocurridos en esta localidad tienen una explicación natural», decía monseñor Puchol el 18 de marzo de 1967 (respaldado por el cardenal Ottaviani). Las videntes se retractaron: «retractación espontánea» , me escribía monseñor Puchol algunos días antes de sufrir el accidente automovilístico en el que encontró la muerte, el 6 de mayo de 1967. En una entrevista de 1971, Conchita reconocía que su evidencia la abandonó el 15 de agosto de 1967, después de las apariciones: « Yo fui a decir a un sacerdote que no había visto a la Virgen, que le quería decir al obispo que todo fue una ilusión, un sueño o una mentira. Después [...], en Pamplona [...], dije al obispo que no había visto nunca a la Virgen, y que había engañado a todo el mundo, todo el tiempo [...].» « Estas dudas duraron cinco o seis días. Desde entonces estoy sumida en la confusión y en la duda, esperando un milagro para confirmar si fue verdad o no» (Harry Daley, Miracle at Garabandal, Dublin, Ward River Press, 1985, p. 189).

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Garabandal conserva, sin embargo, partidarios muy fervientes: los abades A. Combes y Lafineur, los padres Robert François Turner, dominico, y J. A. Pelletier (fallecido), así como F. SánchezVentura y Pascual (convertido en Garabandal), muy entusiastas, han publicado numerosos libros, cintas magnetofónicas y una película; se publica también en América, The Magazine of Garabandal, n.° 1; enero de 1978 (P. O. Box 606, Lindenhurst, Nueva York, NY 11757).

El asunto es muy complejo. Se cuestiona el entusiasmo que rodeaba a las videntes y que pudo favorecer la proliferación de fenómenos maravillosos. Se cuestiona también el alcance de la retractación de las videntes. Yo se lo pregunté a Conchita en Nueva York, a mediados de julio de 1986, a la salida de la reunión del grupo de oración que tiene lugar en su casa cada semana, pero ella eludió responderme, lo que -indudablemente- es acertado por su parte. Ella está dedicada y centrada en su vida familiar: la educación de sus cuatro hijos, y un rosario semanal que atrae a tanta gente a su casa. Se lee el desagravio público al Sagrado Corazón, olvidado tras el Concilio, pero no se habla de Garabandal.

El obispo actual, J. A. del Val Gallo, consideró la posibilidad de elaborar una solución pastoral pacífica. Pero los partidarios de Garabandal difundieron precipitadamente esta noticia. Y Roma animó al obispo a mantener el statu quo negativo, tal vez a causa de aquella indiscreta publicación.

Aunque los videntes han evolucionado de una manera edificante, pese a las sacudidas sucesivas del fervor y del rechazo -y después, de nuevo, el fervor- que les rodearon, produce perplejidad la abundancia de hechos extraordinarios que tuvieron lugar en Garabandal de 1961 a 1965: comunión de mano de ángeles invisibles, éxtasis con la nuca vuelta, que parecen poses histéricas (aunque en la vida de los videntes no

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haya rastro alguno de histeria), caídas espectaculares, etc. Los argumentos negativos son la falta de transparencia y el anuncio de prodigios que no se cumplieron. Según los incondicionales de Garabandal, la oposición ha retrasado la realización de una gran señal. Se habría necesitado, según algunos, el clima sereno de las apariciones de Medjugorje.

El obispo actual ha sabido calmar la situación.

Ha hablado con Conchita y podido observar su feliz evolución. Aunque las peregrinaciones quedaron prácticamente interrumpidas, ha cambiado los criterios de prohibición por una acogida amable a los peregrinos (poco numerosos) en los actos normales de la parroquia, donde, evidentemente, no se habla de apariciones.

Sobre la bibliografía de Garabandal, véanse mis Boletines de la Revista de Ciencias filosóficas y teológicas, 52 (1968), pp. 528-529, nota 159: documentos episcopales; 54 (1970), p. 311, nota 95, que remite a la documentación muy densa de J. M. Alonso, en Ephemerides mariologicae, 19 (1969), pp. 475-488; 56 (1972), p. 468, nota 95; 58 (1974), p. 320, nota 179; 60 (1976), p. 495, nota 224; 62 (1978), p. 297, nota 154; 65 (1981), p. 326, nota 120.

Los límites de la apologética entusiasta en favor de Garabandal son subrayados por Dom M. Billet, «Note sur Garabandal», en Sprit et Vie, de 4 de diciembre de 1980, pp. 625-626; cfr. Cahiers marials (1 de abril de 1971), n.° 77, pp. 122-123.

Los estudios más serios son los del padre F. Turner, O. P., Tout le peuple l'ecoutait, suspendu á ses lévres, 68380 Chazay d'Azergues, ed. A. Combes, 1975: breve exposición de los acontecimientos y estudio de los temas; Moi, votre Mére, je vous aime. Ainsi parlait Marie á Garabandal, París, Tequi, 1980, puesta al día del libro precedente.

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J. Warszwaski, El mito de Garabandal, Madrid, Studium, 1973: alegato moderado y serio para la autenticidad, aparecido con nihil obstat del vicariato de Roma. Congrés mondial d'études sur Garabandal, Lourdes, 18=20 de agosto de 1978, Chazay d'Azergues, ed. A. Combes, 1980, compendia las comunicaciones de varios testigos, sacerdotes y médicos. Los testimonios de F. Sánchez-Ventura y Pascual, La Vierge apparait-elle á Garabandal?, París, NEL, 1965, son emocionantes y sinceros.