Desde fines del siglo XIX, Tirpitz lanzó a Alemania a competir con Inglaterra por el puesto de primera potencia mundial. Raeder retomó ese objetivo en 1928.
Sus éxitos
UNA ESTRATEGIA VICTORIOSA HASTA MEDIADOS DE 1943.
La flota alemana siguió obteniendo notables resultados cuando ya las fuerzas armadas de tierra y aire -y también los submarinos- estaban siendo derrotados.