Diferencia entre revisiones de «Tosolini»

De martyres
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Nota 19: la fe se mantuvo viva también gracias a las terceras órdenes fundadas por franciscanos (Fraternidad del Cinturón), dominicos (Fraternidad del Rosario) y jesuitas (Asociación de la Bienaventurada Virgen).
Nota 19: la fe se mantuvo viva también gracias a las terceras órdenes fundadas por franciscanos (Fraternidad del Cinturón), dominicos (Fraternidad del Rosario) y jesuitas (Asociación de la Bienaventurada Virgen).
Algunos tipos de tortura inventados de modo particular para este fin eran las de la desmembración, el ahogamiento, la inmersión del cuerpo de la víctima en la aguas sulfurosas e hirvientes del Unzen, y la anatsurushi, una técnica mediante la que se colgaba al condenado a una viga de madera con el cuerpo y la cabeza hacia abajo, y se le encerraba en un hoyo lleno de desechos y de excrementos, que había debajo, hasta la cintura, y se le dejaba agonizar y ahogar lentamente durante días, a menos que se retractara de su fe.
Una de las prácticas más dolorosas, psicológica y emotivamente, infligidas a los cristianos para inducirles a abjurar fue en todo caso la del fumie, práctica que tuvo su comienzo en 1629 y que se generalizó más tarde por medio de la creación del Oficio de la inquisición religiosa en 1640, año en el que se insertó en los ritos de la celebración del comienzo del año en toda la isla de Kyushu.
A fin de erradicar el peligro representado por el cristianimo, el shogunato (el poder político y militar del país), además de la institución de la práctica de la "vigilancia recíproca" llamada gonin gumi (o "asociaciones de cinco familias", según la cual si en una de las cinco familias designadas se escondía un cristiano, se castigaba a toda la asociación), encargó al clero budista de la vigilancia" (sistema del certificado del templo o terauke seido, dado tras asistir a un curso).

Revisión del 12:04 11 jun 2022

Tosolini (volver a Bibliografía Japón).

Con esta novela, Endo pretende subrayar no solo la universalidad del cristianismo y los desafíos a los que está llamado a responder en su encuentro con la espiritualidad y la cultura japonesa, sion que también pretende "excavar en el corazón del hombre en busca de aquellos componentes universales que encuentran en el cristianismo su expresión más auténtica y fundar sobre ellos la fuerza de la evangelización". Nota 4: F. Castelli "Un 'trhilling' teologico. 'Silenzio' di Shusaku Endo", en La Civiltà Cattolica (1973) 2961, 235.

Hubo quien criticó lo que consideraba apología de la abjuración, nota 11: Silencio, en palabras del padre Kasuya Koichi, "no solo admite la apostasía, sino que incluso la alaba" (M. INOUE, "Reclaiming the Universal Intercultural Subjectivity in the Life and Work of Endo Shusaku", Southeast Review of Asian Studies, 2012, 34, 158.

en 1972 Pablo VI le animó a dialogar y cooperar con las otras religiones presentes en Japón.

Nota 12 S. ENDO, Kirisuto no tanjo [Cristo de Cristo], Shinchosha, Tokyo 1978, 250: "lo que es indiscutible es que Cristo ha dejado una marca indeleble en aquellos cuyas vidas se cruzaron en su sendero [...] Aquellos que se desesperan del amor buscan una existencia que no traicione su amor, aquellos que han abandonado toda esperanza de ser comprendidos en su dolor buscan a alguien que les comprenda de verdad en los recovecos del corazón. Esto no es sentimentalismo o dependencia excesiva, sino solo un requisito previo necesario para los individuos en sus interacciones con otros".

Esta paradoja de un Cristo totalmente impotente y, al mismo tiempo, compañero inseparable del hombre, fue magistralmente representada por Endo en El Samurái, publicada en 1980.

Tras la conversión de los daimios de Omura, Bungo y Arima, en 1553 hubo 4.000 bautismos a pesar de solo haber 5 misioneros. En 1579 había 100.000 conversos con 55 misioneros.

San Felipe: "Se confiscó la carga y la presencia de armas a bordo confirmó las sospechas de Hideyoshi sobre la auténtica peligrosidad que representaba la presencia de los misioneros en su territorio."

En un edicto contra la religión cristiana emitido en 1614, Ieyasu definía al Japón como "el País de los kami (divinidades sintoístas) y de los buda", y expulsaba de sus territorios a la religión cristiana porque se oponía a la moral confuciana, a la Ley budista y la Vía del Shinto."

Nota 17 "los cristianos escondidos establecieron una jerarquía religiosa propia, con el chokata, encargado del calendario para la observancia de los días de precepto, y el mizukata, encargado en cambio de administrar los bautismos." ver. I. HIGASHIBABA, Christianity in Early Modern Japan: Kirishitan Belief and Practice, Brill Academic Publishing, Leiden, 2001; S. TURNBULL, The Kakure Kirishitan of Japan: A Study of Their Development, Beliefs and Rituals to the Present Day, Routledge, Londres, 1998.

Nota 19: la fe se mantuvo viva también gracias a las terceras órdenes fundadas por franciscanos (Fraternidad del Cinturón), dominicos (Fraternidad del Rosario) y jesuitas (Asociación de la Bienaventurada Virgen).

Algunos tipos de tortura inventados de modo particular para este fin eran las de la desmembración, el ahogamiento, la inmersión del cuerpo de la víctima en la aguas sulfurosas e hirvientes del Unzen, y la anatsurushi, una técnica mediante la que se colgaba al condenado a una viga de madera con el cuerpo y la cabeza hacia abajo, y se le encerraba en un hoyo lleno de desechos y de excrementos, que había debajo, hasta la cintura, y se le dejaba agonizar y ahogar lentamente durante días, a menos que se retractara de su fe.

Una de las prácticas más dolorosas, psicológica y emotivamente, infligidas a los cristianos para inducirles a abjurar fue en todo caso la del fumie, práctica que tuvo su comienzo en 1629 y que se generalizó más tarde por medio de la creación del Oficio de la inquisición religiosa en 1640, año en el que se insertó en los ritos de la celebración del comienzo del año en toda la isla de Kyushu.

A fin de erradicar el peligro representado por el cristianimo, el shogunato (el poder político y militar del país), además de la institución de la práctica de la "vigilancia recíproca" llamada gonin gumi (o "asociaciones de cinco familias", según la cual si en una de las cinco familias designadas se escondía un cristiano, se castigaba a toda la asociación), encargó al clero budista de la vigilancia" (sistema del certificado del templo o terauke seido, dado tras asistir a un curso).