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'''Torres de Mendoza''', Luis ('''[[Bibliografía Japón]]''') en '''[[Japón]]'''. En volúmenes anteriores (1 al 3 al menos) se citan como autores antes que a Torres a Francisco de '''Cárdenas''' y Joaquín Francisco '''Pacheco''', ministerio de Ultramar, 1864.
'''Torres de Mendoza''', Luis ('''[[Bibliografía Japón]]''') en '''[[Japón]]'''. En volúmenes anteriores (1 al 3 al menos) se citan como autores antes que a Torres a Francisco de '''Cárdenas''' y Joaquín Francisco '''Pacheco''', ministerio de Ultramar, 1864. '''[[Lugares]]'''.


''[https://books.google.es/books?id=IxNJ-0WAj5oC&printsec=frontcover&hl=es#v=onepage&q&f=false Colección de documentos inéditos relativos al descubrimiento, conquista y colonización de las posesiones españolas en América y Oceanía, sacados, en su mayor parte del Real Archivo de Indias]'', Volumen 8. Imprenta Española, Madrid, 1867, 574 páginas.
''[https://books.google.es/books?id=IxNJ-0WAj5oC&printsec=frontcover&hl=es#v=onepage&q&f=false Colección de documentos inéditos relativos al descubrimiento, conquista y colonización de las posesiones españolas en América y Oceanía, sacados, en su mayor parte del Real Archivo de Indias]'', Volumen 8. Imprenta Española, Madrid, 1867, 574 páginas.
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(127) Príncipe comentó la hazaña de estar 81 días embarcados. Contestó que los trabajos los tenía por buenos por haber podido ver a tan gran príncipe. (128) Los padres también le dieron regalo "al dicho Príncipe, en que dijo en una voz poco alta, que se holgaba de ver los Padres, que esto de padres se le entendió, por ser en nuestra lengua". (129) "con esto han tomado todos los japones tanta devoción a los dichos religiosos y iglesia, que no pueden estar sin valerse dellos; unos pidiendo bautismo, y otros enterándose en las cosas de nuestra fe". Los retratos que traía los quería ver el príncipe con su esposa e hijos, "entre otras muchas cosas buenas que se le conocen a este Príncipe es no usar de más de una mujer; que sus antecesores, el que menos había tenido, pasaban de cuarenta". Preguntó "si la color que el Rey y Príncipe tenían en las mejillas, era natu-(130) ral o postiza, porque eran muy lindas". Que no disparase hasta pasados 5 puertas, fosos y puentes del palacio, y dos calles de él, luego hiciese lo que quisiera, "y llegado al límite della, comenzóse a disparar con tanta presteza, que en menos de una hora que duró llegar a la posada, gastaron un barril de pólvora. [] Holgábanse los japones en ver disparar, como gente inclinada a cosas de fuerza. (131) (132) solo el juez de la ciudad no admitió regalo, "para poder hacer limpiamente justicia", pero el embajador le dijo que él no tenía pleito y lo recibiera por caridad hacia los padres, y lo recibió. (133) viernes día S. Juan fueron al convento de san Francisco a misa, de camino estaba Mucamune, señor de Oxo, con 2.000 soldados y capaz de congregar ejército de 80.000, le pidió disparase arcabuces y con el jaleo se rió mucho (Mucamune). (134) "al alzar la Hostia, se disparó la arcabucería y mosquetería, y se abatió la bandera y estandarte en la peana del altar. Holgáronse desto los cristianos mucho, en ver respetar al Santísimo Sacramento". (135) Dos supuestos enviados querían llevar ropa para el emperador, al pedirles la orden (136) dijeron que no tenían y que no lo dijera, que los cortarían "por las barrigas". Esto supuso "disgusto con el hijo del General de las funcas" porque no le pagaban lo que dio a D. Rodrigo, así que le pagaron 700 pesos; no haberle pagado "fue mal hecho y digno de castigo, con una gente como esta, que tan puntuales son, y no saben de tan malos tratos, como este fue. Y no digo más, porque no conviene a nuestra nación". 29 salen (137) hacia Çorunga
(127) Príncipe comentó la hazaña de estar 81 días embarcados. Contestó que los trabajos los tenía por buenos por haber podido ver a tan gran príncipe. (128) Los padres también le dieron regalo "al dicho Príncipe, en que dijo en una voz poco alta, que se holgaba de ver los Padres, que esto de padres se le entendió, por ser en nuestra lengua". (129) "con esto han tomado todos los japones tanta devoción a los dichos religiosos y iglesia, que no pueden estar sin valerse dellos; unos pidiendo bautismo, y otros enterándose en las cosas de nuestra fe". Los retratos que traía los quería ver el príncipe con su esposa e hijos, "entre otras muchas cosas buenas que se le conocen a este Príncipe es no usar de más de una mujer; que sus antecesores, el que menos había tenido, pasaban de cuarenta". Preguntó "si la color que el Rey y Príncipe tenían en las mejillas, era natu-(130) ral o postiza, porque eran muy lindas". Que no disparase hasta pasados 5 puertas, fosos y puentes del palacio, y dos calles de él, luego hiciese lo que quisiera, "y llegado al límite della, comenzóse a disparar con tanta presteza, que en menos de una hora que duró llegar a la posada, gastaron un barril de pólvora. [] Holgábanse los japones en ver disparar, como gente inclinada a cosas de fuerza. (131) (132) solo el juez de la ciudad no admitió regalo, "para poder hacer limpiamente justicia", pero el embajador le dijo que él no tenía pleito y lo recibiera por caridad hacia los padres, y lo recibió. (133) viernes día S. Juan fueron al convento de san Francisco a misa, de camino estaba Mucamune, señor de Oxo, con 2.000 soldados y capaz de congregar ejército de 80.000, le pidió disparase arcabuces y con el jaleo se rió mucho (Mucamune). (134) "al alzar la Hostia, se disparó la arcabucería y mosquetería, y se abatió la bandera y estandarte en la peana del altar. Holgáronse desto los cristianos mucho, en ver respetar al Santísimo Sacramento". (135) Dos supuestos enviados querían llevar ropa para el emperador, al pedirles la orden (136) dijeron que no tenían y que no lo dijera, que los cortarían "por las barrigas". Esto supuso "disgusto con el hijo del General de las funcas" porque no le pagaban lo que dio a D. Rodrigo, así que le pagaron 700 pesos; no haberle pagado "fue mal hecho y digno de castigo, con una gente como esta, que tan puntuales son, y no saben de tan malos tratos, como este fue. Y no digo más, porque no conviene a nuestra nación". 29 salen (137) hacia Çorunga


CAP VI
CAP VI Viaje, noche en Ondabora, ciudad mayor que México. (138, 139) lunes a las 10 llegan, lo recibe Francisco de Velasco con insignias de Jono. Martes a las 10 le dice que vaya cuando quiera y pregunta cómo ha de ir "porque hacía saber que ni se había de quitar las armas ni calzado, ni hincar las (140) rodillas en el suelo, y que había de llevar las insignias de guerra, bandera y estandarte, y caja, y la gente armada con sus arcabuces", responden que haga a su usanza, salvo disparar arcabuces, fueron "con grande acompañamiento de japones y japonas, que parecía  que había llovido Dios un aguacero dellos, que cubrían la calle, aunque pocos caballeros, porque los que hay en este reino, todos están en rehenes en la ciudad de Yendo, y como tan belicosos no se fían de ellos los reyes". Llegan a las 12, hasta la última puerta sube solo el estandarte. (141) Regalos "quedando el dicho Emperador mirando con grande atención los retratos del Rey y Reina y Príncipe nuestro Señor, que de contento de vellos no cabía". Regalos de los religiosos que quedan hablando con Ieyasu. (142) Miércoles fue a visitar a secretario Conçuquindono, que no aceptó regalos "por no obligarse a dejar de hacer con limpieza y fidelidad su oficio, y servir a su Rey y señor como debe, y poderle decir siempre con verdad los negocios que ante él pasaren". (143)

Revisión del 12:15 30 jun 2022

Torres de Mendoza, Luis (Bibliografía Japón) en Japón. En volúmenes anteriores (1 al 3 al menos) se citan como autores antes que a Torres a Francisco de Cárdenas y Joaquín Francisco Pacheco, ministerio de Ultramar, 1864. Lugares.

Colección de documentos inéditos relativos al descubrimiento, conquista y colonización de las posesiones españolas en América y Oceanía, sacados, en su mayor parte del Real Archivo de Indias, Volumen 8. Imprenta Española, Madrid, 1867, 574 páginas.

Copia del relato del viaje de Sebastián Vizcaíno p. 101-199: Relación del viaje hecho para el descubrimiento de las islas llamadas "Ricas de Oro y Plata", situadas en el Japón, siendo virrey de la Nueva España D. Luis de Velasco, y su hijo, Sebastián Vizcaíno, general de la expedición. (MS de la Biblioteca Nacional Señalado J-37).

102 Piloto mayor, capitán y maestre Benito de Palacios (navío San Francisco), acompañado de Lorenzo Vázquez, comisario de los descalzos Fr. Pedro Bautista, Fr. Diego Ibáñez, lector de santa Teología, Fr. Ignacio de Jesús, predicador y tres legos, Fr. Pedro, y dos Fr. Juanes, escribano Alonso Gascón de Cardona, 51 marineros, D. Francisco de Velasco japón (Joçuquendono), 22 japones llegados en 1610; Cap. I

103, 104 pidió licencia al "emperador" para "demarcar y sondear los puertos, bahías y ensenadas que tiene aquella costa desde Enangayaque hasta el cabo de Cestos, que es la cabeza del Japón", respondió (dando permiso para) salir "a descubrir las dichas islas Ricas de oro y plata".

Cap II: salen 22, a los 8 días hallaron brisas a 12 grados y gobernaron al oeste, cuarta al SO

105 cap. III busca y demanda de islas de los Ladrones 1 mayo tras casi 1.400 leguas, general, pilotos y marineros mandó gobernar al Oeste, cuarta al NO conforme señas y pájaros se estaría cerca de las islas, por ese rumbo y por Noroeste y cuarta al Norte se fue a buscar altura para ponernos al Este-Oeste con el dicho Japón hasta día 23 que se tomó el sol y se halló estar en más de 33 grados "casi en el paradero del puerto de Urangava". [33 N está al norte de Omura, Uraga está en 35º 15' N], desde salida tuvieron vientos favorables NE, E y SO, con más fuerza la brisa desde 25º, debieron pasar las islas de noche pues no las vieron. [Desde 1668 cuando se establecieron los jesuitas se cambió al nombre de Marianas, la isla más al norte, Farallón de Pájaros, está en 20º 33' N, desde allí no hay nada hasta la más sureña de las Ogasawara, Iwo Jima del Sur (Minamiioto), que está en 24º 14' N: entre ambos hay 537 km, entre las Osagawara del norte y Uraga hay 857 km]

106 Aunque vieron muchos pájaros, los japoneses buscaban pelea pero el general lo prohibió a los españoles bajo pena de muerte, por lo que los japones se asustaron "y refrenaron su soberbia, de manera que fueron más humildes que ovejas, particularmente el principal, que es japón considerado y de muchos respetos, que en todo el viaje no dio pesadumbre ninguna" y el general le hacía comer en su mesa. 27 huracán (107) viento SE hasta día 28 sábado el navío se abrió por la llave de junto al árbol mayor y hacía mucha agua que por las bombas no se podía rendir. Buzo no la halló, sino tras poner tortores se descubrió hacía agua una costura de la cuadra de popa, entraba como del grosor de un muslo; otro huracán martes 31 mayo más duro de no haberse tomado el agua "se habría acabado con el viaje" al amanecer bonanza y a vista de tierra, más de 35º, nos arrebataron corrientes (108) para el Norte "como un río de mucha corriente nos llevaba a más altura, dándonos mucho cuidado la flaqueza del navío y el mal aderezo que sacó de Acapulco, que Dios se lo perdone a quien ansí lo despachó" tras llegar de Filipinas con huracanes y sin hacerle "más obra que age y tallo con sebo y cal" (calafateo), con cualquier tiempo alargaba estopa, aparte mala comida y de 60 pipas de agua la mitad a medias y algunas saladas o pestilentes "y a los japones más miedo y temor lo uno y lo otro, como gente que no ha navegado", firmaron un papel prometiendo no volver a embarcarse para España. (109) Viento continuo de Sudoeste por encima de la tierra, temieron ir a parar a Gran Tartaria o Corea. (Dice Ladrones están a 15º y Oro y Plata a 35º), 6 junio otro viento Sudeste con calor (socarrón) y lluvia, poca vela porque no aguanta, día 7 (110) se acordó buscar tierra gobernando O-NO (por costar menos esfuerzo) y miércoles 8 se posó un pajarito y descubrió tierra al NO (111) regocijo "particularmente los japones, como si les faltara el juicio". Día 9 tierra a más de 38º gran ensenada, 9 h del día 9 llegaron 8 funcas. Les dieron conservas y vino "que a este género se inclinan más; que demás del auxilio y gracia que Nuestro Señor ha de hacer a esta gente, para (112) que reciba su Santo Evangelio, tengo por buen alcahuete para ello a San Martín de Valdeiglesias y Xerez". Tierra: Tuginahama, del hijo menor del emperador, 40 leguas a Urangava pero a 25 estaba Unacami y a 15 río y ensenada de Xiraca.

Se ofreció que se quedaran 2 para conducir pero huían: "El General mandó tomar mano de uno de ellos, que parecía ser más práctico de la costa, el cual se afligió mucho y lloraba en ver a sus compañeros alargarse con la funca y él quedarse en el navío. Al fin con buenas razones se le dio a entender su quedada, y que en llegando al puerto se le pagaría su trabajo y luego se volvería a su tierra". 4 de tarde llegan a buen puerto (113) con río que sale de Yendo pero por ser tiempo favorable siguieron. Amanecieron a 1 legua de donde se perdió el San Francisco, 5 tarde llegan a Uraga, entran a las 20h "haciendo muchas luminarias y faroles con gran contento de la gente de tierra, y en particular los cristianos, y nosotros doblado, pues resucitamos antes del juicio", víspera de S. Bernabé.

114 carta al emperador. (115) no fueron por Luzón por ser más largo y haber por allí holandeses. Carta al príncipe

CAP IV confirió con el jefe local para no tener pendencias. A los españoles que si pelean, se juntan con japonas o roban los mata. (117) Día 16 respuesta. Cuidaba en particular a los nobles, "jonos", "usando con ellos muchos cumplimientos, dándoles silla, regalándolos con dulces, remojándolos con Xerez, a que como tengo dicho, son muy inclinados; y con esto los trae a su voluntad de tal suerte, que lo que ellos no acostumbran hacer, que es regalar ni dar nada, y en particular a gente extranjera, lo hicieron con el dicho embajador, presentándole muchas gallinas, pescado, frutas y otros regalos de la tierra en mucha abundancia [] Y estaban los pobres cristianos en este reino muy tristes y afligidos, y hecha memoria dellos para crucificallos, tomando achaque y principio en que no habían venido navíos de las islas de Luzón, y que habían engañado los españoles, que (118) se perdieron en el navío San Francisco, al Emperador, y que el dinero que había prestado a D. Rodrigo de Vivero no había de tener retorno de ello, y que los japones que habían llevado a la Nueva España, los llevaron para sus esclavos y servirse dellos y otras impertinencias. Y con nuestra llegada cesó todo.

(119) tras recibir la carta preparó 30 hombres con arcabuces, mosquetes, bandera y caja "porque para ello se le invió permiso del dicho Príncipe" y partió el 17. Cap. V. Llegada a Yendo "estandarte real de damasco de Castilla, con las armas reales de una parte, y de la otra el patrón Santiago". (120) (121) trae recado Guatanave Amajirodono, príncipe envía dos cocineros con profusión de aves y "diferentes géneros de pescado, que deste género hay en esta ciudad de todos los que Dios crió en la mar para el hombre, en tanta abundancia, que ninguno puerto de los de España le compite". (122) el caballero japonés "a las cosas de carne se inclinó poco y al Xerez mucho". Los citó para miércoles, preguntaban si lo haría a estilo japonés arrodillado, "respondió que no pensaba hacer ninguna cosa de las que le decían, sino a la usanza española, haciendo las reverencias y acatamientos que a su Rey y señor se acostumbraban a hacer, sin dejar armas ni zapatos, y que se le había de señalar sitio adonde se sentase, y fuese tan cerca de la persona de S.A. que le pudiese oír lo que dijese.

Sobre esto hubo muchos dares y tomares; [] resolvió en que si S.A. no le daba licencia para dar la embajada como había dicho, que se volvería a su reino sin dársela [ (123) ] a trueco de que la autoridad de su Rey y Virrey que lo envía no pierda un punto de su grandeza, pues es el mayor señor del mundo.

Esto llevaron a mal y se fueron a palacio sin resolver nada [] y salió decretado que el dicho Embajador diese la embajada a su usanza". (124) "y que llevase enhorabuena su bandera, estandarte, caja y la gente con sus armas a su usanza, y que no disparasen ningún mosquete ni arcabuz, sino al pasar de una puente; y al entrar en la puerta de hierro del palacio, se quedasen las armas y bandera, y el estandarte Real entrase hasta la última puerta". (125) se congregó más de un millón de personas "porque de propósito lo ordenó así el Príncipe para que se viese su grandeza", delante y detrás de ellos más de 4.000 soldados de su guardia "con tanta quietud y sosiego, que con haber tan gran número de gente, no se hablaba palabra, ni hubo alboroto más que si no hubiera gente. Solo cuando pasaba el embajador, se humillaban todos a su usanza". (126) le pasaron a una cuadra grande como la plaza de México, con 1.000 nobles que tiene rehenes el príncipe, "todo en tanto silencio que parecía cosa encantada, pues no había más ruido que si no hubiera gente".

(127) Príncipe comentó la hazaña de estar 81 días embarcados. Contestó que los trabajos los tenía por buenos por haber podido ver a tan gran príncipe. (128) Los padres también le dieron regalo "al dicho Príncipe, en que dijo en una voz poco alta, que se holgaba de ver los Padres, que esto de padres se le entendió, por ser en nuestra lengua". (129) "con esto han tomado todos los japones tanta devoción a los dichos religiosos y iglesia, que no pueden estar sin valerse dellos; unos pidiendo bautismo, y otros enterándose en las cosas de nuestra fe". Los retratos que traía los quería ver el príncipe con su esposa e hijos, "entre otras muchas cosas buenas que se le conocen a este Príncipe es no usar de más de una mujer; que sus antecesores, el que menos había tenido, pasaban de cuarenta". Preguntó "si la color que el Rey y Príncipe tenían en las mejillas, era natu-(130) ral o postiza, porque eran muy lindas". Que no disparase hasta pasados 5 puertas, fosos y puentes del palacio, y dos calles de él, luego hiciese lo que quisiera, "y llegado al límite della, comenzóse a disparar con tanta presteza, que en menos de una hora que duró llegar a la posada, gastaron un barril de pólvora. [] Holgábanse los japones en ver disparar, como gente inclinada a cosas de fuerza. (131) (132) solo el juez de la ciudad no admitió regalo, "para poder hacer limpiamente justicia", pero el embajador le dijo que él no tenía pleito y lo recibiera por caridad hacia los padres, y lo recibió. (133) viernes día S. Juan fueron al convento de san Francisco a misa, de camino estaba Mucamune, señor de Oxo, con 2.000 soldados y capaz de congregar ejército de 80.000, le pidió disparase arcabuces y con el jaleo se rió mucho (Mucamune). (134) "al alzar la Hostia, se disparó la arcabucería y mosquetería, y se abatió la bandera y estandarte en la peana del altar. Holgáronse desto los cristianos mucho, en ver respetar al Santísimo Sacramento". (135) Dos supuestos enviados querían llevar ropa para el emperador, al pedirles la orden (136) dijeron que no tenían y que no lo dijera, que los cortarían "por las barrigas". Esto supuso "disgusto con el hijo del General de las funcas" porque no le pagaban lo que dio a D. Rodrigo, así que le pagaron 700 pesos; no haberle pagado "fue mal hecho y digno de castigo, con una gente como esta, que tan puntuales son, y no saben de tan malos tratos, como este fue. Y no digo más, porque no conviene a nuestra nación". 29 salen (137) hacia Çorunga

CAP VI Viaje, noche en Ondabora, ciudad mayor que México. (138, 139) lunes a las 10 llegan, lo recibe Francisco de Velasco con insignias de Jono. Martes a las 10 le dice que vaya cuando quiera y pregunta cómo ha de ir "porque hacía saber que ni se había de quitar las armas ni calzado, ni hincar las (140) rodillas en el suelo, y que había de llevar las insignias de guerra, bandera y estandarte, y caja, y la gente armada con sus arcabuces", responden que haga a su usanza, salvo disparar arcabuces, fueron "con grande acompañamiento de japones y japonas, que parecía que había llovido Dios un aguacero dellos, que cubrían la calle, aunque pocos caballeros, porque los que hay en este reino, todos están en rehenes en la ciudad de Yendo, y como tan belicosos no se fían de ellos los reyes". Llegan a las 12, hasta la última puerta sube solo el estandarte. (141) Regalos "quedando el dicho Emperador mirando con grande atención los retratos del Rey y Reina y Príncipe nuestro Señor, que de contento de vellos no cabía". Regalos de los religiosos que quedan hablando con Ieyasu. (142) Miércoles fue a visitar a secretario Conçuquindono, que no aceptó regalos "por no obligarse a dejar de hacer con limpieza y fidelidad su oficio, y servir a su Rey y señor como debe, y poderle decir siempre con verdad los negocios que ante él pasaren". (143)