Diferencia entre revisiones de «Hoyos Hattori»

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Esos y otros puntos de simetría habían sido establecidos por primera vez por el jesuita italiano Nicolao Lancilotto, en una carta dirigida a Ignacio de Loyola el 28 dediciembre de 1548, escrita a partir de las informaciones brindadas en Goa por uninformante japonés, Anjiro –el mismo nipón que acompañó a Francisco Xavier aKagoshima en 1549. El texto de Lancilotto abunda en datos sobre el origen del budismoy la vida del Buda histórico que, como ha señalado Ruiz-de-Medina, traslucen "una idea fija en la mente de Lancilotto: el mundo japonés y el cristianismo de Europa son casi idénticos".
Esos y otros puntos de simetría habían sido establecidos por primera vez por el jesuita italiano Nicolao Lancilotto, en una carta dirigida a Ignacio de Loyola el 28 dediciembre de 1548, escrita a partir de las informaciones brindadas en Goa por uninformante japonés, Anjiro –el mismo nipón que acompañó a Francisco Xavier aKagoshima en 1549. El texto de Lancilotto abunda en datos sobre el origen del budismoy la vida del Buda histórico que, como ha señalado Ruiz-de-Medina, traslucen "una idea fija en la mente de Lancilotto: el mundo japonés y el cristianismo de Europa son casi idénticos".
(100) Luis de Almeida fecha el 25.10.1562 su carta sobre sus viajes en Kyûshû: de Funai a Kagoshima, luego pasando por Funai a Yokoseura para concluir la donación del puerto. En Kagoshima no había habido misioneros desde 1550, se quedó varios días con ellos:
(101) "Comenzando a predicarles sobre las cosas de Dios [...] me preguntaron si Dainichi era Dios. Ese Dainichi es una de sus deidades. Yo les di muchas razones por las que no era [Dios], con las que quedaron satisfechos. Y sobre esto me preguntaron por qué el padre Maestro Francisco les había predicado que Dainichi era Dios y que lo adorasen. Y fue por estar mal informado de las leyes de Japón, según las cuales creen los japoneses que el Dainichi es el creador y primer principio de las cosas." 49: Ruiz-de-Medina, Documentos, p. 547.
Francisco predicó en nombre de Dainichi durante el primer año y medio de la misión. Luego, en 1551, viajó a la isla de Honshû para entrevistarse con bonzos budistas en Yamaguchi, y entonces comprendió que el uso del término convocaba en los oyentes nipones un imaginario netamente budista. En palabras de App, "los jesuitas fueron rápidamente identificados como Tenjikujin, "hombres de Tenjiku", la madre tierra del Budismo". En esos primeros meses de misión, los japoneses vieron en los jesuitas "fervientes reformadores budistas"53 y supusieron que el dios cuya palabra divulgaban era Buda. De modo que tras su estadía en Yamaguchi, Francisco Xavier reemplazó el término Dainichi por una adaptación de Deus a la fonética nipona: "Deusu". 54 La incorporación del neologismo, marca lingüística de la extranjería del nuevo dios, constituye a nuestro entender un anticipo de la reforma que Baltasar Gago propuso en 1555. Gago describió a la lengua japonesa como incapaz de "tratar las cosas de Dios", por lo que dio inicio a una política de no-traducción e intervención de la lengua del Otro con neologismos cristianos. Ver: BOSCARO, A., Ventura e sventura dei gesuiti in Giappone, Venezia, 2008, pp. 48-9; HIGASHIBABA, I., Christianity in Early Modern Japan, Leiden,2001, p. 8; LABORINHO, A.P., "A questão da língua na estratégia da evangelização: as missões no Japão" (pp. 369-390), en O século Cristão do Japão. Actas do colóquio internacional comemorativo dos 450 annos de amizade Portugal–Japão (1543-1993), Lisboa, 1994.

Revisión del 15:20 19 abr 2022

Hoyos Hattori, Paula (volver a Bibliografía Japón)

Políticas editoriales en las cartas jesuitas de Japón (Évora, 1598): análisis de tres epístolas. Anuario de la Escuela de Historia Virtual, Año 6, N° 8, 2015: pp. 90-109. ISSN 1853-7049(Córdoba, Argentina).

p. 93 en 1540 SFJ fue recibido por Juan III de Portugal, que "estaba ansioso de hospedar jesuitas en su reino" para p. 94 "la cristianización de los gentiles de sus posesiones ultramarinas".

Abril 1941 embarca en Lisboa, 7 años en Goa, Cabo Comorín y Molucas, 15-8-1549 llega a Kagoshima en plena época de los estados en guerra (Sengoku Jidai).

1556 Yamaguchi y Funai (capital de Bungo).

1562 Cosme de Torres (1510-1570) se traslada de Fuani a Yokoseura (puerto ofrecido a los jesuitas por Ômura Sumitada) como superior de la misión. (95) Shimazu Takahisa invita a los jesuitas a regresar al reino de Satsuma (Kagoshima).

(96) Baltasar Gago salió de Japón en 1560 por razones de salud y fecha su epístola en Goa en 10 de diciembre de 1562.

(97) En el apartado de la epístola dedicado a la religión japonesa, ciertos párrafos fueronomitidos en la versión impresa. Gago comienza su descripción a partir de la división entre camis y fotoqes, es decir, deidades kami (神) de la religión autóctona del archipiélago, el sintoísmo, y dioses hotoke (仏) del budismo, arribado desde elcontinente asiático hacia el siglo VI d.C. Dentro de los hotoke, diferencia dos cabezas principales, nombradas como Amida y Xaca, y que corresponden a dos Budas (la deidad Amitabha y el Buda histórico Shaka, Shakyamuni o Gautama).

(98) Por otra parte, sobre los libros budistas, la versión original de la misiva señala que "en el exterior dicen que hay gloria e infierno, y salvador de las personas, y mandamientos; pero en el interior y corazón de toda esta escritura concluyen diciendo mu, esto es, que no hay nada, solamente nacer y morir".

(99) Luego, hacia el final de su recorrido por las escuelas del budismo, sostiene: "Los ministros de estas sectas se llaman bonzos; y los obispos, tôdô; y su cabeza, como papa, Zasu".

Esos y otros puntos de simetría habían sido establecidos por primera vez por el jesuita italiano Nicolao Lancilotto, en una carta dirigida a Ignacio de Loyola el 28 dediciembre de 1548, escrita a partir de las informaciones brindadas en Goa por uninformante japonés, Anjiro –el mismo nipón que acompañó a Francisco Xavier aKagoshima en 1549. El texto de Lancilotto abunda en datos sobre el origen del budismoy la vida del Buda histórico que, como ha señalado Ruiz-de-Medina, traslucen "una idea fija en la mente de Lancilotto: el mundo japonés y el cristianismo de Europa son casi idénticos".

(100) Luis de Almeida fecha el 25.10.1562 su carta sobre sus viajes en Kyûshû: de Funai a Kagoshima, luego pasando por Funai a Yokoseura para concluir la donación del puerto. En Kagoshima no había habido misioneros desde 1550, se quedó varios días con ellos:

(101) "Comenzando a predicarles sobre las cosas de Dios [...] me preguntaron si Dainichi era Dios. Ese Dainichi es una de sus deidades. Yo les di muchas razones por las que no era [Dios], con las que quedaron satisfechos. Y sobre esto me preguntaron por qué el padre Maestro Francisco les había predicado que Dainichi era Dios y que lo adorasen. Y fue por estar mal informado de las leyes de Japón, según las cuales creen los japoneses que el Dainichi es el creador y primer principio de las cosas." 49: Ruiz-de-Medina, Documentos, p. 547.

Francisco predicó en nombre de Dainichi durante el primer año y medio de la misión. Luego, en 1551, viajó a la isla de Honshû para entrevistarse con bonzos budistas en Yamaguchi, y entonces comprendió que el uso del término convocaba en los oyentes nipones un imaginario netamente budista. En palabras de App, "los jesuitas fueron rápidamente identificados como Tenjikujin, "hombres de Tenjiku", la madre tierra del Budismo". En esos primeros meses de misión, los japoneses vieron en los jesuitas "fervientes reformadores budistas"53 y supusieron que el dios cuya palabra divulgaban era Buda. De modo que tras su estadía en Yamaguchi, Francisco Xavier reemplazó el término Dainichi por una adaptación de Deus a la fonética nipona: "Deusu". 54 La incorporación del neologismo, marca lingüística de la extranjería del nuevo dios, constituye a nuestro entender un anticipo de la reforma que Baltasar Gago propuso en 1555. Gago describió a la lengua japonesa como incapaz de "tratar las cosas de Dios", por lo que dio inicio a una política de no-traducción e intervención de la lengua del Otro con neologismos cristianos. Ver: BOSCARO, A., Ventura e sventura dei gesuiti in Giappone, Venezia, 2008, pp. 48-9; HIGASHIBABA, I., Christianity in Early Modern Japan, Leiden,2001, p. 8; LABORINHO, A.P., "A questão da língua na estratégia da evangelização: as missões no Japão" (pp. 369-390), en O século Cristão do Japão. Actas do colóquio internacional comemorativo dos 450 annos de amizade Portugal–Japão (1543-1993), Lisboa, 1994.