Diferencia entre revisiones de «Ruiloba»

De Garabandal
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Revisión del 18:29 1 mar 2018

Plácido Ruiloba. Personajes. Apariciones.

Asegura que fue el sacerdote Antonio Solano Polanco quien impidió que Odriozola subiera a Garabandal el 18 de julio de 1961, pero yerra al decir que Solano influyera en Beitia, pues Beitia no fue nombrado hasta enero de 1962:

¿Se estudiaron los fenómenos de Garabandal de 1961 a 1963?

En los asuntos de Garabandal, la pregunta del encabezamiento, podría considerarse una cuestión comprometida. Por un lado podríamos preguntarnos si se estudiaron y por otro de que forma y por quien.

Voy a intentar dar mi opinión, basada en las experiencias que tuve al respecto y a la relación que me unió con algunas de las personas que constituían la famosa "comisión" .

Para comenzar por el principio, el día 26 de agosto de 1.961 y "ante las constantes preguntas que se Nos hacen acerca de la naturaleza de los sucesos que vienen ocurriendo en la aldea de San Sebastián de Garabandal..." D. Doroteo Fernández, administrador apostólico de Santander, "nombra una comisión de personas de reconocida prudencia y doctrina..." con el fin de que le informen acerca de dichos acontecimientos.

Pues bien, dicha "comisión" , de la que nadie, que yo sepa, ha visto ningún documento episcopal, ni su publicación en el boletín oficial del obispado sobre su nombramiento y sus atribuciones, debería considerarse ante esto, sencillamente incompetente, limitándose su actuación a una mera labor informativa, tan valida como la de miles de personas que presenciaron los hechos. Por lo visto, las personas que la formaban, debían de tener una doctrina muy elevada a ciertos ojos, pues a pesar de que sus maneras y formas de actuar no parecían estar muy en consonancia con las directrices que toda investigación debería de tener, fueron las únicas que tuvieron eco en las altas esferas eclesiásticas.

Si nos remitimos a las publicaciones editadas por autores de gran prestigio en estos asuntos, podremos constatar esta opinión.

Así, podemos ver en el libro "Apariciones actuales de la Virgen María" del P. René Laurentín (conocido sacerdote francés, autor de numerosas obras de asunto religioso entre las que destacan las dedicadas a las apariciones de la Virgen) en el que hace un profundo análisis de lo que son las apariciones y las consideraciones que hay que tener en cuenta para su estudio.

De esta forma en la página 66, dice textualmente:

"...es posible que la autoridad mantenga posturas cautelares, un particular experto, puede arriesgarse en la materia, porque no compromete más que su propia reputación y las razones que aporta en pro o en contra..." y más adelante:

"En cualquier caso, el juicio negativo tampoco tiene por objeto abrumar a quienes están equivocados de buena fe. Hay que realizar un trabajo inmenso para juzgar correctamente una aparición y todo ello, aún contando con equipos de trabajo"

Como vemos, el parecido con "nuestra comisión" es muy lejano. "Particulares" sin duda que tenemos; "expertos" depende en que materia, pero en apariciones lo dudo; en cuanto "al trabajo inmenso aún en equipo de trabajo" y lo de "no tiene por objeto abrumar...", aquí ya se nos rompen todos los moldes, puesto que como veremos a continuación, la actitud de "la comisión" fue bien diferente.

Podemos ver en el libro "Dios en la sombra" de D. José Mª. De Dios (seudónimo de D. Julio Porro Cardeñoso) una apreciación de la "comisión" y de su actitud, mucho más versada y fundamentada que mi pobre opinión en el que manifiesta en su página 169 lo siguiente:

"Por el honor de Dios y de la Virgen Santísima reclamamos esa explicación natural en la que la comisión se reafirma, para no seguir así pecando de ingenuos con nuestras apreciaciones y afirmaciones". Más adelante, en la página 189, dice:

"Sé que unas cuantas personas de muy reconocida autoridad como teólogos eminentes y también como psiquiatras eminentes y de mayor solvencia moral, han opinado y opinan lo contrario y nos han dado y dan escritos, conferencias, conversaciones y declaraciones testimonio totalmente positivo, afirmando rotundamente que los fenómenos de Garabandal en su conjunto, no tienen explicación natural. Luego evidentemente hay una colisión de apreciación clara y terminante entre estos y la comisión. Ahora bien, la verdad no puede estar a favor de ambas partes. Luego, mientras que la Iglesia no se pronuncie de una manera definitiva, negamos rotundamente que el juicio de la comisión sea verdadero. Porque me consta que la comisión en pleno, nunca fue a observar los fenómenos. Y aisladamente los miembros de dicha comisión creo que ninguno de ellos estuvo presente más de dos veces, e incluso alguno de ellos ninguna.

Si pues no prestaron atención inmediata y directa ¿como pueden opinar sobre una cuestión negándole su valor cuando hay tantos teólogos y médicos que lo vieron, analizaron, estudiaron y observaron detenidamente y opinan lo contrario?. Nadie crea que por ser miembros de una comisión tienen inerrancia e infalibilidad".

Parece pues que la capacidad o las ganas de estudio de la "comisión" fueron muy limitadas como corroboran otros autores como el P. Eusebio García de Pesquera, que en su libro "Se fue con prisas a la montaña" en su página 124, duda de la oficialidad de la "comisión" así como califica de "muy especial o bastante extraño" el modo de proceder de "la comisión" y ratifica la escasez de visitas que dicha "comisión" realizo a Garabandal "sin dar la cara, sin ponerse en una primera línea de observación y estudio, sin llegar jamás a interrogatorios en regla con las videntes y los testigos más cualificados", dudando incluso del "proceder de buena fe, en santo y autentico afán de esclarecer a la luz de Dios las cosas" de alguno de los comisionados.

Otro punto que ratifica estas razones, son las declaraciones del P. Lucio Rodrigo (catedrático de teología moral de la universidad pontificia de Comillas) recogidas en el citado libro del P. Pesquera (páginas 190-191) en la que manifiesta que en una reunión mantenida con miembros de la comisión (de los cuales tres sacerdotes habían sido alumnos suyos):


"No me fue difícil entender que no buscaban precisamente mi opinión como elemento que les sirviese en orden a formar juicio. Ellos venían ya con el juicio vencido, en posición contra el posible signo sobrenatural de los sucesos" y añade que:

"Creí descubrir en los miembros de la comisión algo que se haría casi evidente, que ellos andaban muy especialmente a la caza de datos o pruebas en contra".

Me encuentro en la obligación moral de dar una explicación sobre la no asistencia de alguno de los representantes de la presunta "comisión" el día 18 de julio de 1.962. Pues como queda reflejado en los siguientes textos, a pesar de tener conocimiento de lo que podría acontecer, no estuvieron presentes.

Según cita el previamente citado D. José Mª de Dios en su libro "Dios en la sombra":

"La misma comisión especial, que estudia los hechos, pudo haber estado presente si hubiese tenido interés, pues tenía aviso con antelación, ya que Conchita, por escrito y en carta llevada en propia mano de D. Placido Ruiloba, lo recibió con antelación al milagro de la comunión visible de Conchita del día 18 de julio". También en el anteriormente citado libro del P. Pesquera consta en su página 379 el siguiente relato:

"El señor Ruiloba había subido por estos días a Garabandal, cosa que hacía con frecuencia; y al despedirse de Conchita, ésta le entrego, para que se la llevara personalmente, una carta que ella había escrito para el reverendo D. Francisco Odriozola, el factótum de la comisión. Placido cumplió fielmente el encargo; y se entero del contenido de la carta, porque el propio destinatario, D. Francisco, se la leyó. La carta decía igual que las que ya conocemos; pero añadía unas líneas de vivo apremio a D. Francisco, para que no dejara de ir el día señalado..."

A mi juicio, la explicación es la siguiente:

D. Francisco Odriozola había acordado conmigo subir a Garabandal el día 18 de Julio de 1.961. Pero unos días antes, el señor Obispo fue aconsejado por D. Antonio Solano Polanco (sacerdote de gran influencia en el Obispado), sobre la inconveniencia de tal asistencia. Los argumentos esgrimidos por persona de tanta influencia en los ambientes eclesiásticos eran de índole personal y en todo ajenas a los hechos de Garabandal. Así pues, monseñor Beitia prohibió a Odriozola subir a Garabandal, después de haberle referido lo sucedido. Y Odriozola, me comunicó lo acontecido.

La desconfianza del Obispo de Santander hacia los fenómenos de Garabandal, queda de manifiesto en la siguiente anécdota de la que fui testigo:

El día 18 de julio, encontrándonos numerosas personas en el piso superior de la casa de Conchita, recibí un aviso del hermano de esta. Me dijo que un señor venía de parte del Obispo y quería verme. Le rogamos que subiera. Se trataba de D. Regino Mateo, abogado de la Diputación. Se presento como enviado del Obispo y me pidió que le presentase a Conchita. Como esta se encontraba a mi lado, toda mi intervención consistió en decir: "Conchita este señor quiere hablar contigo".

Seguidamente D. Regino Mateo se dirigió a ella en estos términos: " Que desistiese de lo que había anunciado..., que el milagro anunciado no se iba a producir..., que dejaría mal a su familia..., que por parte del Obispo tendría el más amplio perdón..., aconsejándola que se fuera a Santander, que el mismo la llevaría". Mientras Conchita escuchaba en silencio, el marqués de Santa María cortó la arenga de D. Regino, a quien ya conocía, entablándose una fuerte discusión entre ambos. Después de un expresivo silencio, salió de la habitación sin despedirse de nadie.

Ya, para no abrumar más al posible lector con citas bibliográficas, termino con las palabras de mi buen amigo el Doctor Luis Morales Noriega (uno de los miembros de la comisión, en su calidad de psiquiatra de reconocido prestigio). Palabras que me dijo personalmente y que constan en sus anotaciones que conservo, en las que dice:


"Me indujo el Sr. Obispo a visitar el pueblo (cosa que hizo solo una vez en este periodo) para verificar el valor de las apariciones" "No sabía nada de esa comisión. Ni siquiera hubo comisión investigadora normal, fue un simulacro".

Creo que con lo expuesto hasta aquí, cualquiera puede sacar una conclusión clara. La "comisión" no existió oficialmente. Fue una manera de tapar unos acontecimientos que de alguna forma podían resultar molestos o incómodos en espera de que el tiempo los dejara en el olvido.


   Con fecha del 30-11-1998 añado este anexo a la página titulada " Se estudiaron los fenómenos de Garabandal de 1961 a 1963" con la pretensión de ampliar un poco la visión de la actitud de la "comisión" con datos que en su día por un error de omisión no comenté y que considero que puede resultar de interés.
   El hecho en si, es poco conocido por los seguidores de Garabandal y aún los más informados tienen un conocimiento del mismo muy superficial , a pesar de ser bastante significativo.
   Ocurrió el 18 de octubre de 1961 y según un artículo publicado por el diario "Madrid" pasó lo siguiente:


"A media tarde, algunos observadores médicos, se han reunido en una casa de la aldea con las niñas y sus familiares. Un psiquiatra (no se trataba del Dr. Morales) que con cara de aburrimiento asiste a la reunión, escribe una frase en la cuartilla que pasa de mano en mano a lo largo de la mesa a cuyo alrededor se celebra el cambio de impresiones. La frase es la siguiente: " La cosa tiene cada vez menos interés" En la calle la multitud espera hasta no saber cuánto. Es rumor público que a la noche se dará a conocer el mensaje que las niñas afirman haber recibido de la Virgen en la primera de las últimas apariciones... ...cuando un hombre se asoma al balcón y avisa a todos que la hora ha llegado.

Subamos todos a los Pinos; todo el mundo a los Pinos.

En medio del silencio de la multitud, un desconocido lee ante las niñas que no ocultan su emoción, un breve párrafo que las videntes aseguran haber recibido de la Virgen, y en el que exhorta al sacrificio y a la penitencia.

Bajo la lluvia, la muchedumbre regresa al pueblo; la mayoría de las personas sin una noción clara de lo ocurrido en los Pinos, sin saber si se ha producido el esperado milagro. Pero los más cercanos al desconocido lector, propagan pronto el contenido del sobre, entregado al párroco por una de las niñas. Estas, ya en el pueblo, quedan extasiadas. Pero su rigidez no provoca especial atención entre la muchedumbre. Suenan incluso frases de decepción."

   Hay que hacer mención de que dicho día 18 de octubre, era el día señalado y anunciado para que las niñas "leyeran personalmente y a una hora determinada el mensaje de la Virgen en la puerta de la iglesia y se lo comunicaran a D. Valentín para que el lo dijera en los Pinos a las diez y media de la noche" (diario de Conchita pg. 38).
   Es curioso ver que aquel día tan señalado, fue el escogido para subir a Garabandal por la "comisión" ,custodiada por la Guardia Civil.." A eso de las ocho, D. Valentín ya no fue capaz de resistir más a las presiones de los comisionados y fue en busca de las niñas para hacer las cosas, no según las instrucciones que ellas habían recibido, sino a tenor de lo que ellos acababan de acordar" (Se fue con prisas a la montaña pg. 189 y 246). Como consecuencia, se suprimió el sitio en el que había de ser leído el mensaje y se modifico la hora, e incluso D. Valentín Marichalar no leyó el personalmente el mensaje a la gente como se le había pedido, si no que fue leído en voz alta por desconocidos.
   Cabe preguntarse que quería demostrar o conseguir la "comisión" con esa actuación. Yo aquel día, estuve en Garabandal y francamente me impresionó ver a las niñas franqueadas por la Guardia Civil por las calles del pueblo, caminando hacia el lugar de la entrevista, donde fueron presionadas y de alguna manera obligadas a entregar el mensaje que en principio era secreto hasta el momento indicado para que se hiciese publico.
   Posteriormente me encontré con un periodista amigo mío, presente en las entrevistas, el cual me comunicó que "ya tenían el mensaje y que me podía ir tranquilo que no tenía ninguna importancia" .
   Lo que está claro, es que la numerosa gente que allí estaba, volvió con un cierto grado de decepción. ¿Sería este el objetivo?.
   No se la pretensión que pudo tener la "comisión" ni pretendo adivinarla, pues las indagaciones que yo he podido realizar no me han llevado a ninguna conclusión. Tan solo mostrar mi extrañeza ante la oscuridad de este hecho, que ni siquiera aparece reflejado en el diario de D. Valentín Marichalar, en el que están reflejados con minuciosidad todos los detalles de los acontecimientos de Garabandal, justo hasta el día 17 de octubre de 1961, quedando el resto vacío hasta enero de 1962, a pesar de su manifestación de que lo tenía "escrito de manera detallada y depositado en lugar seguro..." (Garabandal, el pueblo habla pg.195).
   En fin, sirva esta ampliación como un ejemplo más para remarcar el carácter y maneras poco ortodoxas de la citada "comisión".