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Abelardo Herrero Alonso. Historia. Apariciones. Bibliografía. Toponimia.

234 CARAZO (Salas). Esta voz, de tan sabrosa eufonía prerrnmana, y que pudiera parecer convencional y carente de significación, se ha mantenido fonéticamente inalterable a lo largo del medievo. Las grafías documentales respetan perfectamente la estructura antigua. Indudablemente esto constituye una prueba fehaciente de su ascendencia remota. Los siglos XI-XIII han dejado abundantes menciones del topónimo: 1030 (Doc. de S. Juan de la Peña) «...mandauit domno Sancio comite que tenuissent j psas anuthas jo Karazo et jit Perma fidele ..» (18). En escrit. de 1047 es testigo de una donac. de Ramiro I a Ofia «Donno Nunu Aluares in Caraço, testis» (18). En 1054., entre los firmantes de una donac. de doña Ofieca a Ofia. figura «Domno Nun Albariz de Carrizo, testis» (20). La misma grafía se repite en doc. de 1083 (21). En 1136 el Cardenal Cuido señala los limites de la diócesis de Burgos: «Ex parte... ubi nascitur rivus Auseva usque ad Paulan' de Carazo, villas... Carazo...» (22). por c5cra. de 1171 Alfonso VIII dona a Silos «unam villam in alfoz de I.ara, quod vocatur Pinella, et est iuxta Karaço et Mont Molar» (23). Perteneciente a los siglos XII o XIII parece el texto de una inscripción hallada en Silos y que reza así: O: IOHS : DE CARAÇO : M' : ANIVERSARIU (Obiit Iohanis de Carazo monachus. Aniversarium) (24). Los textos literarios mantienen asimismo la grafía actual: «Moros tenian a Caraço en aquesta saçon» (25). Queda claro que las formas documentales poco o nada pueden solucionar respecto a la etimología del topónimo, pues han conservado fielmente la forma arcaica. (18) M. PIDAL, Orígenes, p. 36. (19) Oisi'A. Curtid. I, 64. (20) Id., 70. (21) S. MILLÄN, Cartul. 295^. (22) SERRANO, Obispado de Burgos... III, 173. (23) FEROTIN, Reeueil de d'artes, 95. (24) La lápida se conserva en el claustro de Silos. (25) Poema de Fernán González, estr. 172. (Cfr. BAE. t. 57, p. 394).

235 Los caminos para descubrir el origen del nombre han de tomarse desde otra perspectiva. La estructura del nombre presenta una indiscutible base prerromana. El radical CARA— evoca la forma *GARAU— 'piedra', frecuentemente repetida co territorio peninsular, sobre todo en el Norte. .1. Manuel González se pronuncia categóricamente sobre el tema: «De la existencia de una base *CARA—/*CALA— en la toponimia del Occidente europeo, con valor originario de 'piedra', 'roca', perteneciente —al parecer— al substrato preindoeuropco, han tratado ya distinguidos investigadores» (28) v recoge particularmente la opinión de Dauzat. Estudia, en efecto, Dauzat (27) el problema sobre los resultados diversos que la raíz en cuestión ha dejado en Francia. La teoría de autor podría exponerse más o menos así: La Galia ofrece casos del tipo CAR( Al—, que debió ser adoptado por el céltico común. La variante GAR(A)— sólo se encuentra en el mediodía francés, ya del lado del Pirenco (Gar, Ger, Comuna ). va más raramente en Provenza, unida a una desinencia muy antigua (Gar-uppa). Por su parte, el vasco ofrece el tipo GARR— (harr 'piedra'), que se halla en el derivado garric. El ibérico parece. pues, la causa fundamental de la sonorización de la inicial, y parece haber preferido la variante con R duplicada (28). Las formas *CARIU—. *CARIA— constituyen para Dauzart el prototipo de numerosos nombres de rocas o de montañas rocosas en el Macizo Central, Los Alpes y el Sur. Asimismo el radical *GARANTO— entra en la formación de diversas voces geográficas: Carantone, Carantomagas... *CARAVO— se halla muy representado, tanto en la Galia como en Italia (29) • finesa Oliver ofrece un interesante estudio sobre la raíz indoeuropea

  • K AL—, que el analiza en algunos topónimos altoaragoneses (30). Distingue

el autor, dentro de la misma raíz. tipos diversos, como *KALA— (Calahorra),

  • KAR— (propio de la toponimia preindoeuropea mediterránea), y que se caracteriza

por un gran dinamismo de alternancias consoninticas), *KARR— (geminación consonantica de la R en la misma base *KARA—: Carrascal, La.s Carrascas, Carraccia... A estas, suma las bases radicales *GAL—,

  • GARR—, *GWAR—, *Y.ARR-- y otras.

Sin llegar a este emparcntatniento de radicales de procedencia indoeuropea y . ciñéndose más a la base concreta del topónimo en estudio, Menéndez Pidal niensa en los ilirios corno portadores dc la base *CARAV— y ( 26) GONZÁLEZ, J. M.: «Cara y *Munno, términos céfalo-oronimicuse, en Arehivum, III, 1953. p. 340 y (27) DAUZAT, A.: «La toponymie franeatsee, Paris. 1946. pp. 81-88. (28) (Cfr. el topónimo CARRIAS). (29) DAUZAT, Obr. dt.. pp. 81-88. (30) BUESA OLIVER, T.: «La raíz preindoeuropea KAL- en algunos topónimos altoaragoneses», en Actes et Memoires V Con gr. Internat. de ToPonym. et d'Antroponym. Salamanca, 1955, II, pp. 137-172.

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  • CARAU—. «Ciertas analogías toponímicas —escribe— nos llevan a pensar

que con los ligures o ambrones vinieron a España ilirios, o acaso que los ligines de que hablan los autores griegos o los ambrones de la toponimia no eran sino ilitios indoeuropeos, mezclados con un fuerte substrato mediterrá- neo» (31). Recoge, incluso, Menéndez Pidal un dato muy sugestivo: el nombre de una mujer, Carauanca, de una inscripción lapidaria de Aguilar de Campó° (32). Asimismo observa que el doble uso, antroponímico y toponímico, se repite en la estructura Caravantias, que llevó un príncipe l'ido vencido por los romanos en el año 168 a. de C., de quien habla Tito Livio. nombre que se halla aplicado a un pueblo de Asturias, Carahanzo, y a un lugar vecino a Madrid. Carabanchel (33). Todavía recoge otra correspondencia más en el nombre Caravantis, de una ciudad de los cavios en Iliria, que también encuentra su émula en el topónimo soriano Caravantes. La conclusión a que llega nuestro gran maestro es que: «Estos toponímicos .. que se dan en Iliria y en España, pero no en territorio ligur italiano ni francés, nos indican que el pueblo ambro-ligur que los trajo a España era muy afín a los ilirios. La base de estos tres nombres, *CARAU-, parece iliria por el hecho de entrar en el nombre del príncipe, aunque no excluye el caso de que el príncipe tomase nombre de un toponítnico del substrato mediterráneo» (34). José Manuel González recoge diversos topónimos que presentan la rail alternante *CALA-, frente a la más común *CAE A-; Calabue y (León), Calatnonte (Badajoz), Calamocha (Teruel), Culamochd (Avila), Calamocos (León), Calasanz (Huesca') (35). Por su parte Luis Michelena considera euskera la base radical CARA-. 'elevación, altura', presente en diversos topónimos y apellidos de tierra vascongada. Menciona, entre otros, Garate, Aragarate, Azcarate (36). Las distintas opiniones mantienen. en sus diferentes planteamientos, una línea bastante uniforme en torno a la existencia de un tronco etimológico común que explique estas diversidades toponímicas de naturaleza ling,iiística de ese tronco común prerromano. pues mientras Menéndez Pidal habla de posible mezcla de lo indoeuropeo con rasgos de substrato Mediterráneo, y Buesa Oliver remonta la base *KAR- a un substrato preindoeuropeo Mediterráneo, J. Manuel González y Dauzat estudian formas toponinticas que, geográfica131) M. PIDAL, Topan. Prerrom. pp. 91-92. (32) Cfr. CIL. II, 6298. Vid. asimismo IGLESIAS GIL, J. M.: eEpiarafía Cantabra». Santander, 1976. p. 224. (33) M. PIDAL, Topon. Prerrom. (1. C.). (34) Ibid. Cfr. sobre el tema G. ALESIO, «La base oreindoeuroPea 'piedra'». En Studi Etruschi, IX, 1935. 133 y X, 1936, 165. (35) J. M. GONZÁLEZ, *Cara y *Munno..., 341. (36) MICHELENA, Apellidos Vascos, 92.

(237) mente, se hallan apartadas de la influencia del substrato Mediterráneo, y deben, lógicamente, relacionarse con el indoeuropeo. Al margen ya de toda disquisición habrá que pensar que la topografía juega papel importante a la hora de decidir sobre la etimología de nuestro topónimo, que —indudablemente— ha de ir referida al sentido de 'roca', 'altura rocosa'. Es. indiscutiblemente. la ingente mole rocosa, a cuyo pie se asienta el pueblo, la circunstancia topográfica que ha motivado el torónimo. La Peña Carazo es descrita por Bereeo con laconismo poético: «una cabeza alta, famoso castellar» (37). No sé qué autoridad histórica tiene la alusión que hace Sandoval a la existencia de un antiguo templo sobre la cima de esa gran montaña rocosa, donde dice que se veneraba un ídolo llamado Karazo (38). En la provincia de Burgos encuentro topónimo menor Caramelo, en Aguas Cándidas, aplicado a un monte rocoso. Fuera de Burgos, hay t'armo, monte en Guadapeo-Salamanca; Carozón, topónimo en Santander-Curiezo; Los Corozos, en Orihuela. Como cognomen aparece en VILLANUEVA DE CARAZO (Salas), pró- ximo también a la mencionada peña. En un doc. del año 979, correspondiente a una donac. a Silos, se alude al pueblo: «.. in aditum de Villa Nueva de Careo...» (39).

(39) FBROTIN, Recite-il de chartes... Silos. 6.

Al tratar la localidad burgalesa de Carazo menciona Carabanchel y el prefijo KAR, piedra.