Milagros
Milagros. Apariciones. Historia
Una interesante reflexión del obispo de Lourdes permite concluir de que poco valdrían los milagros si no existiera la disposición a admitirlos:
La Iglesia aprueba el septuagésimo milagro atribuido a la Virgen de Lourdes 12/02/2018 12:37 en Confidencial, Portada
La Iglesia aprueba el septuagésimo milagro atribuido a la Virgen de Lourdes
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Dice la monja curada: “Yo no pedí la curación, sino la conversión del corazón y la fuerza de proseguir mi camino”. La religiosa, que no podía caminar sin ayuda, peregrinó al Santuario mariano en 2008. Cuatro días después, durante la adoración al Santísimo, experimentó “una sensación de calor y una mejoría en todo mi ser. Me sentí bien”. El obispo Jacques Benoit-Gonnin, para discernirlo, se dejó conducir “por la conclusión médica, el contexto de la curación y la convicción de que Dios actúa aún hoy”.
Mons. Jacques Benoit-Gonnin anunció a través de una declaración oficial el reconocimiento del milagro número 70 atribuido a la intercesión de la Virgen de Lourdes, que consiste en la curación milagrosa de una religiosa que no podía caminar sin ayuda y que peregrinó al Santuario mariano en 2008, informa Aciprensa.
El milagro obrado en la hermana Bernadette Moriau, ahora de 79 años, se dio a conocer este domingo 11 de febrero, cuando la Iglesia celebra la Jornada Mundial del Enfermo en el Día de la Virgen de Lourdes.
La religiosa que pertenece a las franciscanas oblatas del Sagrado Corazón de Jesús sufría, desde finales de la década de 1960, del síndrome de cola de caballo, un tipo de estenosis raquídea que afecta a la cauda equina, el conjunto de nervios situados al final de la médula espinal.
En un video difundido en YouTube, la hermana recuerda que “en febrero de 2008, mi médico tratante me invitó a una peregrinación diocesana del 3 al 7 de julio (…) Nunca había estado en Lourdes y ya enferma iba para allá con la alegría de todos los peregrinos, ya que ese año celebramos los 150 años de las apariciones de la Virgen María”.
“En la gruta sentí la presencia misteriosa de María y de la pequeña Bernardita”. “Yo no pedí la curación, sino la conversión del corazón y la fuerza de proseguir mi camino”, continuó la religiosa.
El 11 de julio, 4 días después de concluida su peregrinación a Lourdes, durante un momento de adoración al Santísimo en su comunidad, “experimenté una sensación de calor y una mejoría en todo mi ser. Me sentí bien”.
El Obispo de Beauvais explica en un comunicado oficial que ese día, cuando la religiosa concluyó la oración y volvió “a su cuarto, se quitó todos los aparatos” e “inmediatamente comenzó a caminar sin ayuda, de manera totalmente autónoma. Sus hermanas atestiguaron el hecho”.
Después de presentarse a su médico, la hermana decidió acudir al Comité Médico Internacional de Lourdes, quienes en su asamblea del 18 y 19 de noviembre de 2016, y tras una serie de pruebas y exámenes realizados en el lapso de los 8 años que duró la investigación, concluyen que la curación de la hermana “es inexplicable en el estado actual de nuestros conocimientos científicos”.
El Obispo refiere que fue informado de esto hace un año, en febrero de 2017, tiempo en el cual pidió a una comisión diocesana revisar la naturaleza de la curación.
“Después de haberla escuchado (a la comisión), teniendo en cuenta la conclusión del Comité Médico y de la relación entre la curación y la peregrinación efectuada por Sor Benadette a Lourdes, y después de haber rezado” durante varios meses, “decidí reconocer el ‘carácter prodigioso-milagroso’ de esta curación, como signo dado por Dios por intercesión de Nuestra Señora de Lourdes”.
En declaraciones al diario francés Le Figaro, Mons. Benoit-Gonnin refiere que no conocía a la religiosa antes del milagro y que para discernirlo se dejó conducir “por la conclusión médica, el contexto de la curación y la convicción de que Dios actúa aún hoy, como Él quiere, para hablarle a los hombres”.
Tras expresar su alegría por este milagro, el Prelado comenta que el hecho de “poder expresar, en conciencia, que Dios ha intervenido, es algo que me sobrepasa”.
“En efecto –concluye Mons. Benoit-Gonnin– para la Iglesia un milagro es una acción de Dios que dice algo de Él y de su designio para la humanidad. Con frecuencia el milagro es obrado por la intercesión de un santo que es invocado. En este caso Dios actúa por intercesión de la Virgen María, venerada en Lourdes”.
Andrés Velázquez andres@hispanidad.com